Quizás a ojos del espectador no quede elegante algo como lo de hoy, seguramente, y te queda una sensación agridulce verle coger el amarillo por una avería del rival. Pero Andy Schleck no se puede quejar, en la etapa de Spa a él le esperaron y en la del pavés fue Contador el que tuvo problemas con los frenos y nadie le esperó; más bien al contrario, Cancellara y el luxemburgués entre otros tiraron como bestias.
Esto es un lance de carrera, yo entiendo a Contador. Si después de esperarle en la etapa de Spa le espera hoy también, y después tiene un día malo en el que el otro le mete dos minutos y el de Pinto pierde el Tour imaginaros la cara de gilipollas que se le quedaría.
Por cierto, estoy de acuerdo con Jalabert, me parecen una verguenza los abucheos del público francés cuando ha recogido el maillot amarillo en el podio. A un tío que es dos veces ganador del Tour, que acaba de meterse entre pecho y espalda 190 km. subiendo y bajando puertos, que sufrió lo suyo en el pavés también por un problema mecánico (y nadie se planteó esperarle) no se le puede abuchear como si fuera un delincuente, hombre.